El jugador burgalés debuta esta temporada en el Osasuna Magna Xota FS de la Primera División, máxima categoría nacional de fútbol sala a la que ha llegado tras su etapa de formación en el FS La Amistad y el CD Juventud del Círculo.
El futbolista burgalés Jesús Preciado Sánchez (9 de febrero de 1996, Burgos) fichó el pasado verano por el Xota FS de Pamplona, club histórico del fútbol sala español cuyo primer equipo (Osasuna Magna) milita desde hace años en la Primera División, máxima categoría nacional. De esta forma seguía los pasos del burebano Sergio Elvira, que entre 1997 y 2002 jugó cinco temporadas en la entonces denominada División de Honor (cuatro en el Dulma Astorga y una en el Caja Segovia).
Jesús Preciado fue una de las apuestas de Imanol Arregui, técnico del Osasuna Magna y uno de los más prestigiosos del fútbol sala español, después de haberlo visto jugar durante las dos últimas temporadas en el Tafatrans FS, equipo de la localidad navarra de Tafalla que es filial del Xota FS.
Comenzó la temporada el pasado mes de octubre, hace ya cinco meses. ¿Cómo se está encontrando en el Osasuna Magna?
La verdad que muy bien. Desde el primer día me acogieron muy bien en el equipo, como una familia, lo que realmente es el equipo, y fue una gran sorpresa para mí ver un vestuario de un club profesional tan unido. Y en lo deportivo, pues mejorando cada día y progresando en cada entrenamiento. Viendo partidos por televisión puedes aprender cosas, pero donde realmente se aprende es en la pista, jugando como uno más. Una oportunidad única que estoy aprovechando.
¡Los primeros días en el equipo, con hasta seis brasileños como compañeros, tuvieron que ser toda una experiencia!
Sin duda. Llegas de golpe a un equipo en el que todos sus jugadores viven del fútbol sala y juegan genial, y los primeros días les veía y me pasaban por encima, como aviones. Pero luego, poco a poco, me fui adaptando al ritmo de juego, a los entrenamientos, y ahora, más o menos estoy a la altura de ellos.
¡No tuvo que ser nada fácil ese doble salto de categoría, del Tafatrans de Segunda B a un club de la Primera División!
Efectivamente. Es llegar a la máxima categoría sin haber jugado ni tan siquiera en Segunda, un salto muy grande que requería una exigencia máxima por mi parte porque hay mucha diferencia de juego entre Segunda B y Segunda División, y otra tanta o más entre Segunda y Primera División. Pero ahí estamos.
Imanol Arregui le conocía de jugar en el Tafatrans y entrenar algún día con el primer equipo, Osasuna Magna. ¿Cómo recuerda el día en el que le dijo que iba a tener un sitio en la primera plantilla?
Pues como uno de los mejores días de mi vida. Que llegue uno de los mejores entrenadores de España, para mí el mejor, y te diga que te quiere en su equipo, fue un sueño hecho realidad. También tuvo la misma suerte Aitor, uno de los porteros del Tafatrans que, al igual que yo, entrenaba a veces con el primer equipo, así que muy contento también por él.
¿En estos meses ha notado progresión en su juego, más confianza y seguridad cada vez que salta a la pista?
Sí, mucho. Más que en técnica, que también, sobre todo en el posicionamiento en el campo, la visión del juego, la colocación del cuerpo a la hora de chutar y la orientación del balón para pasar al compañero. Todo es muy diferente a jugar en Segunda B y tienes que pensar en uno o dos segundos, no tienes más tiempo para tomar una decisión sobre qué hacer con el balón.
Hasta el momento ha jugado en solo 7 partidos de la Primera División y no demasiados minutos. ¿Lo entiende como algo lógico?
Así es. El entrenador desde el primer día ya me lo dijo, que el salto iba a ser muy duro y que me iba a costar, pero poco a poco me voy ganando los minutos y tanto Imanol Arregui como el segundo entrenador me han dicho que están muy contentos conmigo. Cada jugador tiene que saber su rol, y yo he saltado de golpe dos categorías y tengo que ganarme los minutos y aprovechar los que tenga.
¿Recuerda su debut en partido oficial con el Osasuna Magna?
¡Por supuesto, como para no recordarlo¡ Fue bien rápido, en la 2.ª jornada de esta temporada, contra el O Parrulo del Ferrol. Cuando me dijo Imanol que iba a salir me puse algo nervioso, como es lógico, ya que entonces sí que estaba permitida la presencia de público en las gradas y fueron a Pamplona a ver el partido varios ex compañeros del Juventud como Fer, Isra y Oli. Pero luego, unas vez que salté a la pista, se me pasaron de golpe todos los nervios y jugué bastante tranquilo los 6-7 minutos que estuve en la cancha.
Desde entonces ha intervenido en seis partidos más, pero aún no ha logrado ningún gol. ¡Estará deseando que llegue cuanto antes ese primer tanto!
Y tanto. Ojalá tenga la oportunidad de meterlo pronto, porque sería ya dar un paso más en el sueño de pequeño de poder llegar tan lejos en el fútbol sala español.
El Osasuna Magna ocupa ahora mismo el décimo puesto de la tabla. ¿El objetivo es entrar entre los ocho primeros para jugar los play off por el título?
Bueno, el primer objetivo en un año tan complicado como este es lograr la permanencia cuanto antes, y a partir de ahí luchar por meternos en los play off. No será fácil, pero de momento ahí estamos. Somos un equipo bastante joven, y por este motivo hemos cedido muchos empates en partidos que teníamos de cara, y si logramos mejorar en algunos aspectos, creo que estaremos hasta el final dando guerra para estar entre los ocho primeros.
¿Una vez que uno llega a la élite se olvida de sus inicios?
Para nada, por lo menos en mi caso, no. Desde que salí de Burgos para fichar por el Tafatrans no he dejado de estar pendiente del FS La Amistad, donde empecé, y del Juventud del Círculo, donde jugué luego, y siempre que puedo veo sus partidos por YouTube o presencialmente cuando estoy en Burgos.
¡Esos equipos fueron la base de su formación!
Y por eso les debo mucho. Tanto las dos temporadas que estuve en el FS La Amistad, como las que estuve luego en el Juventud las recuerdo con mucho cariño y son la prueba del esfuerzo que hay detrás de mi carrera. Además, con el paso de los años me he dado cuenta del gran trabajo que hacen en él sus dirigentes, sus entrenadores, la importancia de los patrocinadores, etc.
En el Hotel Ciudad de Burgos La Amistad tuvo como entrenador a Javi Vicente. ¿Qué aprendió con él?
Sobre todo a formarme, la educación que hay que tener en el campo, el saber estar y no entrar en provocaciones. Era un entrenador muy estricto y eso me lo llevé muy bien aprendido.
¿Qué mensaje les manda a los actuales jugadores juveniles y cadetes, y a los más pequeños que juegan en el colegio?
Sobre todo que disfruten, que aprovechen cada partido para aprender de sus entrenadores, y que el esfuerzo al final tiene su recompensa. Si trabajan duro cada día pueden llegar lejos, que es lo que he hecho yo para llegar hasta aquí, pero ante todo que disfruten y que lo den todo en cada partido.
En el Juventud del Círculo estuvo también varias temporadas en Segunda División B. ¿Qué recuerda de esa etapa con Raúl Zamora como entrenador?
Pues todo bueno. Raúl Zamora ha sido para mí como un padre. Recuerdo que me dio la primera oportunidad en el Juventud siendo aún juvenil y me enseñó mucho desde el primer día. Sabe un montón de fútbol sala, de táctica, de colocación, de técnica, y desde el primer entrenamiento me ayudó bastante. Siempre le estaré agradecido por ello.
¿Ha llegado a Primera División y ya está, o donde se pone la meta?
No, no es suficiente. Hay que seguir trabajando, proponerse jugar cada vez más minutos, aprovechar cada uno de ellos, y a partir de ahí seguir siendo ambicioso y querer más cada día. Subir mi nivel año a año y ver hasta dónde puedo llegar.
